17 oct 2010

Etérea

Es de noche, esas noches que te invitan a pensar, no sabes en donde has estado, hace ya algún tiempo que el sentido y la coherencia partieron y te dejaron varada en la inconsciencia.
Dentro de una pequeña cajita te refugiaste en ti misma y al tiempo que tus lagrimas brotaban te fuiste alimentando de ese sabor salado que tiene el dolor, no es que ya no duela, es que ya no lo percibes, se ha vuelto parte de ti.
Te abriste hacia adentro o tal vez te cerraste depende de que lado de la caja lo veas, no es malo, no a todos les gusta exponerse, y no es que no te guste, simplemente hay algo mas fuerte dentro de ti que te ha capturado, y no puedes dejar de contemplarlo, es tan hermoso y brillante; quisiste compartirlo con el mundo, pero aprendiste pronto que el hombre no es capaz de ver la belleza en las pequeñas expresiones de la vida, nadie lo entendió.
Es difícil conservar algo tan inmenso y maravilloso, pero después de tanta incomprensión, lo decidiste, solo tú sabes que hay ahí dentro, lo cuidas, lo alimentas, y a cambio te brinda su belleza y su calor.
No llores más seca tus lágrimas de sal y camina hacia el sol muéstrale tu luz, deja que te invada y te lleve lejos, a lugares llenos de quimeras y utopías. Esa es la vida.