20 mar 2010

El retorno


Sentí que no debía, esa intuición que siempre me caracterizó hacia todo lo posible por detenerme, pero la embriaguez del momento y la tentadora idea de abandonar la soledad por un instante pudo más que cualquier deber moral.
Me entregué físicamente, mientras mi alma gritaba, clamaba por los besos de otros labios, por la sensación real de la pasión, buscando la libertad me encontré encadenada al anhelo del amor sincero y profundo.
No importa el tiempo, no importa la realidad, en mi mente hay momentos que no terminan, momentos continuos de amor y muerte.
Nací en tu boca, morí en tu boca, el placer lo conocí a tu lado, el dolor me invadió en tu recuerdo y la vida... la vida se acaba en el momento en que pretendo olvidarte.
Así como de mi patria, mi ser no puede olvidarse de sus raíces, mi vida atada la tuya, sin encontrarse, sin siquiera buscarse, coexistiendo más allá de la existencia misma, más allá de lo real o imaginario.
Tatuado en mi inconsciente eres la causa y el motor de mis esfuerzos, la fortaleza de mis anhelos, la esperanza de mi aliento, y yo huyendo a otro abrazo con al esperanza de encontrarte transfigurado por el tiempo y el dolor, negándome a mis misma huyendo de tu luz

2 comentarios:

Casra dijo...

"[...]la tentadora idea de abandonar la soledad por un instante pudo más que cualquier deber moral."
has descrito mis sentimientos...
wow ale. sin duda eres una excelente escritora, me enamoro de tus palabras, palabras con un toque de sencillez y elegancia que las hace totalmente tuyas.
sigue asi.

Con K. dijo...

Definitivamente eres excelente, ame la musica en tus letras.

Enhorabuena!